jueves, 31 de mayo de 2007

FP de subtitulado y audiodescripción - Propuesta del MEC

Vía Eugenia Arrés me entero de que el Ministerio de Educación pretende sacarse de la manga un FP de subtitulado y audiodescripción (que para una titulación medio decente que hay, ya se encargan ellos de cargársela). A continuación reproduzco la información sobre el tema, así como la forma de posicionarse contra esta iniciativa:

Hola a todos:

El Ministerio se está planteando formar a los subtituladores y audiodescriptores en una FP y, desde las universidades que impartimos ya esta formación, estamos recogiendo firmas en contra de esta iniciativa. Os mando el documento que hemos elaborado y, si os parece oportuno apoyarlo, únicamente necesito vuestro nombre completo y número de DNI. También os pido que lo difundáis, a ver si conseguimos que el MEC recapacite. Un saludo.

Ana Pereira


Su e-mail es anaperei@terra.es Podéis enviar vuestros datos allí y difundirlo todo lo que podáis.

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El 21 de abril durante la II Jornada CEPACC ciencia-empresa por la accesibilidad, Dña. Natividad Enjuto García, directora técnica del Real Patronato sobre Discapacidad, y Dña. Belén Ruiz Mezcua, directora del Centro Español de Subtitulado y Audiodescripción (CESyA), dependiente del Real Patronato y gestionado por la Universidad Carlos III, expusieron que, dentro de las líneas de actuación del CESyA con respecto a la formación, se había comenzado un proceso de entrevistas con el Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) en el que se contemplaba la posibilidad de crear sendas titulaciones de Formación Profesional de grado superior encargadas de la preparación de los subtituladores y los audiodescriptores. Los representantes de Facultades de Traducción e Interpretación presentes en dicha jornada les recordaron que, desde el ámbito de la traducción audiovisual, se ha venido siguiendo con atención las iniciativas en pro de la accesibilidad en los medios de comunicación, así como el progresivo aumento de horas de programas accesibles y se ha sabido ver la necesidad de formar traductores audiovisuales que incorporen a sus conocimientos el saber hacer accesibles los materiales con los que trabajan. De ahí que un buen número de universidades españolas ya hayan incluido, desde el curso académico 2004-2005, asignaturas de grado y cursos de postgrado y doctorado en subtitulado para sordos y audiodescripción para ciegos. Tras dicha jornada, el CESyA encargó un informe al Dr. Díaz Cintas sobre las competencias profesionales del subtitulador y el audiodescriptor y puso en marcha un grupo de trabajo sobre formación, cuyo objetivo es elaborar un informe que se enviará al MEC para que éste decida el ámbito de inscripción de los estudios de subtitulador y audiodescriptor. Las universidades, tras analizar la forma de trabajo que el CESyA proponía, comunicaron a éste que consideraban que la formación de estos profesionales debía inscribirse en el ámbito universitario, tal y como se desprendía del informe del Dr. Díaz-Cintas, con el que coinciden plenamente. Asimismo, en consonancia con esta firme creencia, añadieron que no les parecía apropiado trabajar sobre una plantilla emanada de la Subdirección General de Formación Profesional que se utiliza para definir el currículo de los ciclos formativos. Solicitaron que, si en el MEC todavía no había decidido dónde inscribir esa formación, se trabajase sobre la plantilla empleada para definir los estudios universitarios o que se confeccione una que no estuviese adscrita ni a unos ni a otros y que en ella se vaciase el informe arriba citado. Como respuesta, el CESyA añadió a los documentos de su plataforma el de las directrices para la elaboración de títulos de grado y postgrado del 21 de diciembre de 2006. El pasado 21 de mayo se reunió por primera vez el comité de redacción de este grupo de trabajo, presidido por Dña. Paloma Martínez Fernández, del CESyA, y al que, sorprendentemente, asistió como representante del MEC Dña. Consuelo Campos, coordinadora de FP de dicho ministerio, quien propuso inscribir la formación de los subtituladores y audiodescriptores en el ámbito de los estudios de FP manejando argumentos de tipo económico (un profesional de FP sale más barato que uno formado en la Universidad, hay que "ajustarse a la realidad del mercado" y no crear un súperprofesional que luego no pueda ser contratado por las empresas, éstas necesitan y contratarán a un profesional que pueda subtitular 15 películas al día y no uno que lo haga muy bien pero que sólo pueda subtitular una). Naturalmente, el representante de las universidades esgrimió los argumentos de calidad, trabajo profesional y respeto por los usuarios, ante lo cual, la representante del MEC concluyó que había que buscar un término medio "entre la calidad y la realidad". Tras este intercambio de pareceres, se decidió que únicamente se discutirían las competencias estrictamente "técnicas" y que se dejaría todo lo demás para una futura reunión. También se estableció que no se discutiría sobre el nivel de la formación, porque eso era competencia del MEC, que sería el que analizaría las propuestas y decidiría si esa formación se podía alcanzar en un FP2 o en la Universidad. En la discusión de dichas competencias, se decidió que algunas propuestas de las universidades, como las relativas al nivel de competencia que
deben tener los futuros subtituladores y audiodescriptores en L1 y L2, se recogerían con posterioridad a la reunión. El representante de las universidades advirtió de los peligros de una pésima formación que haría imposible, entre otras cosas, la competencia con titulados de otros países, formados siguiendo criterios de calidad. Lamentablemente, parece que el factor económico tiene más peso que el factor calidad. Por todo lo expuesto anteriormente, no es de extrañar el malestar generado en el ámbito universitario por todo este proceso, puesto que en él cuentan con la experiencia docente en formación de subtituladores y audiodescriptores de calidad, así como con las
infraestructuras y medios adecuados. Los abajo relacionados exigen al MEC que considere a los expertos universitarios como interlocutores principales y de pleno derecho en lo que respecta a la formación en accesibilidad a los medios de comunicación y, lo que es más importante, que vele por una educación de calidad que asegure la igualdad de todos los ciudadanos en el acceso a los medios de comunicación, educación que ya se imparte en muchas facultades de traducción e interpretación.

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Más información sobre el tema aquí.

Un saludo.

Oliver Carreira

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martes, 29 de mayo de 2007

Asignaturas "culturales" en TeI

Sólo quedan tres días para que comience el mes de Junio. Puede que sea algo psicológico, pero parece como si el estrés latente (que lleva ahí ya mas de un mes, aunque no haya aflorado en todo su esplendor hasta el momento) se acentuara en este cambio de mes, y la sensación de agobio se haga más fuerte…O también puede que influya el hecho de que en dos semanas empezamos los exámenes y el primero que tengo es el anual de Árabe (como se suele decir: “la primera en la frente”)

Este es mi penúltimo artículo de esta primera “temporada” de TraduBlog (y no sé si Olli tendrá la inmensa bondad de renovarme el contrato), así que lo aprovecharé para hablar de asignaturas un poco menos abstractas que las que he tratado hasta el momento, y ocuparme de Cultura de los países…(en el caso de la UCO se ofertan los países anglófonos, francófonos y árabes por el momento)

Como ya escribí en un artículo anterior, la actividad del traductor nunca es neutra, viéndose fuertemente influida tanto por la cultura original como por la de la lengua receptora. Es por este hecho por el que este tipo de asignaturas son puntos importantes en el plan de estudios de una licenciatura como la nuestra.

Respecto a la UCO, Cultura de los países…es un grupo de tres asignaturas optativas (frente al carácter obligatorio que tienen estas asignaturas en la UGR, que además de las culturas de los países de las lenguas B y C que curse el estudiante, incluye una asignatura con la propia: Civilización española) que se ofertan en diferentes cursos según el idioma que se haya elegido (aunque se suelen ofertar de manera paralela en el mismo año para todos los alumnos de la titulación) Así, por ejemplo Cultura de los países anglófonos es una optativa de segundo curso, Cultura de los países francófonos se puede cursar en tercero y Cultura de los países árabes se considera una de las “asignaturas optativas que podrán ser ofertadas en cualquiera de los cursos de la titulación” dentro del catálogo de la UCO, lo cual no deja muy clara su situación dentro del plan de estudios.

Bajo mi punto de vista, no estaría mal considerar la opción de que este tipo de materias figuraran en la lista de las obligatorias, pues el tema de la influencia de la cultura en las obras traducidas es de gran importancia (recuérdense las teorías de Mary Snell-Hornby sobre la llamada Escuela de la Manipulación y su defensa de la biculturalidad del traductor), y si se quiere realizar un buen trabajo de traducción, lo primero que debe hacerse es conocer adecuadamente el punto de partida de la obra a cuyo trasvase lingüístico nos enfrentamos, que siempre vendrá marcado por las imposiciones culturales de la lengua y del entorno del autor.

Así pues, si tal y como decía Weisgerber “las personas caminan por el itinerario que su lengua les marca”, y hay más de una escuela traductológica que considera esencial la influencia mutua de las dos culturas que se ponen en contacto mediante la figura del traductor, un estudiante que desconozca el bagaje de las lenguas con las que trabaja no podrá realizar un trabajo completo de traducción, ni sabrá enfrentarse a muchos problemas causados por la distancia cultural de las lenguas que pone en contacto.

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viernes, 25 de mayo de 2007

El traductor prepotente: ¿Mito o realidad?

Hace unos años, cuando como nuestra compi Mª José estaba selectivizándome, me quedé a las puertas de entrar en Traducción e Interpretación en Málaga (por la increíble diferencia de 0,08 centésimas, para que luego os digan que las décimas no importan). Y ya que la idea de perder un año no me atraía mucho, entré en Turismo (lo que hizo que no perdiera un año de mi vida, sino cuatro en su lugar). Si para algo me sirvió ese período es para conocer la titulación y a los que estudiaban en ella. Por entonces estaba obsesionado por entrar en traducción por 2º ciclo cuando acabase turismo, y no dejaba de preguntar a todo estudiante de traducción que se cruzaba en mi camino (en realidad, los fusilaba despiadadamente a preguntas, lo que contribuía a que huyesen despavoridos de mí).

En cualquier caso, una de las cosas que aprendí de la relación con estos proyectos de traductor fue que una gran mayoría de ellos eran gilipollas rematados. En Málaga, los estudiantes de traducción tienen fama de prepotentes, y algunos de ellos se han ganado tal reputación a pulso.

Tras dejar la UMA e ingresar en la UCO (para estudiar de una vez por todas traducción), pensé que el tema de la prepotencia y la superioridad había sido una mala experiencia puntual, que debía de haber topado con la persona equivocada en el momento equivocado.

Sin duda lo estaba. Lo que había conocido hasta ese momento no podía ser llamado prepotencia comparado con los tarados prepotentes, pusilánimes y tragadores de sable que he tenido el dudoso gusto de conocer en tan sólo ocho meses en mi nueva universidad (algunos de los cuales supongo que me odiarán aun más después de leer esta amable loa que les dirijo).

¿Somos los traductores realmente prepotentes? ¿Vamos de elitistas? Una rápida encuesta a través del Messenger me confirma este hecho y me sorprende, porque a pesar del desahogo anterior, la mayoría de mis compañeros son gente normal, centrada, sin ínfulas de poder ni nada similar. Y a pesar de esto, nuestra imagen externa es bastante diferente.

Sería difícil encontrar motivos para explicar por qué la población de idiotas funcionales sea más abundante en nuestra titulación que en otras. Quizá una de ellas sea la nota de corte, aunque no creo que sea un factor definitivo. Insisto de nuevo: la mayoría de mis compañeros tiene una nota superior a 8.5, y no por ello me tratan como a un caniche irlandés por el hecho de que mi nota no iguale la suya.

Creo que el motivo de que algunos alumnos de Traducción se comporten de esta forma es la elevada competitividad que se da en nuestra carrera. Seamos realistas: a pesar de que podamos desear lo mejor al prójimo, todos buscamos ser los mejores en una carrera en la que salir del punto de partida ya supone un perfil y una preparación muy superior a la media. En un entorno así, quien por naturaleza tiende al servilismo, goza de un medio de cultivo perfecto para desarrollar habilidades tales como la doblez y la medianía, las cuales redundan, en última instancia, en nuestra “pésima” fama. Esto, unido a la imagen que tienen muchos alumnos sobre la carrera antes de entrar en ella (hay muchos que creen que van a terminar cuarto y entrar en la ONU) hace que el cóctel quede completo.

Si este rebaño de amables personas se limitase a ser prepotente y punto, este artículo no tendría razón de ser. Sin embargo, la realidad es que muchos de estos tipos se dedican a hacer imposible la vida de muchos de sus compañeros (y ya no hablo de una situación particular, sino en general), a través de actitudes más propias de un infante de cuatro años que de un estudiante universitario. A pesar del hecho de que debamos ser competitivos (por profesión y por propia motivación personal) la competición sana tiene unos límites de las cuales no debemos excedernos (el todo vale no vale, verbigracia), porque en el futuro, esa es la diferencia entre un verdadero profesional y un trepa mediocre.

¿Qué opináis al respecto? ¿Tenéis compañeros de este tipo? ¿Creéis que los traductores somos realmente prepotentes? Y para los que ya sois profesionales ¿Cómo se comportan vuestros compañeros de profesión?

Un saludo,

Olli

PS: Insisto en lo anterior, este artículo va dirigido a la minoría que nos hace la vida imposible, y no pretende generalizar. Como ya he dicho, la mayoría de los alumnos de T&I somos seres humanos normales :)

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miércoles, 23 de mayo de 2007

Cómo ser traductor en el extranjero

Existe un dicho muy conocido en nuestra lengua que dice que “la curiosidad mató al gato”. Si esto fuera realmente así, pobres nosotros, los estudiantes y los traductores, pues se suele decir, tanto de los primeros como de los segundos que somos personas bastante curiosillas. Yo creo que más que curiosidad o interés, lo que nos pasa es que nos puede nuestra hambre y ansías por aprender y por ser cada vez mejores en nuestro trabajo o en nuestros estudios (aunque, en definitiva, esto también es una forma de curiosidad).


Antes de desviarme demasiado del tema de este artículo de hoy, y para así enlazar con el mismo, he de aclarar que como estudiante y como futura traductora, al igual que como cualquiera de los que estáis ahí leyendo esto ahora, a menudo rondan por mi cabeza enormes interrogantes acerca de la titulación y sobre todo de la profesión.

Al ser esta nuestra, una profesión con miras tan internacionales, me he preguntado en más de una ocasión cómo sería estudiar T&I en el extranjero. Por este motivo cada vez que he tenido la oportunidad de preguntar a un estudiante de fuera por la cuestión lo he hecho obteniendo casi siempre la misma respuesta: “no existe una titulación denominada Traducción e Interpretación”, como sí ocurre, por el contrario, con otras como Medicina o Ingeniería mecánica por nombrar algunas.


Bien es cierto que no he preguntado a muchos, dos alemanes y una francesa, pero quizás sus respuestas hayan sido suficientes cómo para abrir mis ojos y comprobar que de Pirineos para arriba T&I nada tiene que ver con lo que es en nuestro país.


No obstante, aunque no se puede decir que exista una titulación equivalente en la que se forme al alumnado exclusivamente para traducir o interpretar, en países como Francia, Alemania o Reino Unido se pueden cursar estudios universitarios relacionados con el aprendizaje de idiomas que, además, permiten el acceso a cursos de postgrado y masters donde sí se puede proporcionar la especialización en T&I.
Estos estudios o “degrees” suelen denominarse “Lenguas Modernas” o “Modern Languages”, al menos en el caso de Reino Unido del que, aunque indirecta, alguna experiencia y conocimiento tengo.


En este último caso, por ejemplo, se hallan las Escuelas de Lenguas Modernas de Oxford o Cambridge, cuyos planes de estudio contemplé maravillada hace un año cuando alguno de los chicos del instituto en el que colaboraba como auxiliar de conversación pedía información a sus profesores, al mismo tiempo que yo, desde mi sitio, los envidiaba por la oportunidad y suerte que iban a tener al poder acceder a semejantes titulaciones.


Dejando a un lado el peculiar sistema de estudio de Oxford o Cambridge, por lo general, estas titulaciones se caracterizan por estar compuestas por 4 cursos en los que el estudiante, a pesar de tener la oportunidad de escoger como mínimo 2 idiomas, se especializa en uno sobre todo (podríamos equipararlo a nuestra Lengua B) del que estudia no sólo la lengua, sino también la cultura, la historia, la geografía etc., de los países de ese habla. En este sentido se asemeja bastante a nuestras filologías. El caso es que, en muchas Universidades como la de Birmingham ofertan además al estudiante cursos o seminarios sobre asuntos muy diversos relacionados con el idioma y otras áreas como los negocios, que permiten en muchas ocasiones ayudar al alumno a comenzar a especializarse en un área determinada que luego concluirá con un estudio superior posterior.


Otra característica significativa que me gustaría destacar, sobre todo en relación con nuestra titulación, es que uno de sus años, normalmente el tercero o el cuarto, es obligatorio hacerlo en un país de la lengua estudiada, ya sea estudiando, ya sea trabajando como Auxiliar de conversación, lo cual, personalmente, me parece una decisión muy acertada que debería comenzar a prodigarse por estos lares.


La diferencia fundamental con nuestra carrera es que no proporciona un conocimiento técnico ni especializado concreto, es decir, la titulación por sí misma no prepara, por lo general, al alumnado para ser profesor o ser traductor por ejemplo, esto se consigue después con un PGCE (algo parecido a nuestro CAP) o un master en traducción e interpretación que suele haber en alguna que otra Universidad; aunque por la experiencia que tengo, la mayoría se decanta la docencia.


Para nada intento resaltar los defectos de nuestra titulación o de nuestro sistema universitario hablando de las maravillas del sistema inglés porque allí para nada es oro todo lo que reluce. Mi única intención con este artículo era mostrar como en Europa, el estudio de las lenguas en el panorama universitario poco tiene que ver con el nuestro y que para ser traductor en países como Reino Unido, uno necesita antes estudiar un “degree” general y después especializarse en su campo mediante un curso de postgrado o incluso, si tiene la suerte comenzando a trabajar en el campo, aunque esto último, no es muy frecuente.


Un saludo, y ¡suerte en los exámenes!


Inmaculada Prieto

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lunes, 21 de mayo de 2007

¿De dónde viene y a dónde va la licenciatura de T&I? (V)

¡Hola a todos!
Un virus (informático) no me dejó escribiros el viernes... pero ya tengo el ordenador como nuevo (formateado, etc.), tras pasar el fin de semana reinstalando programas, etc. ¿Cómo era posible la vida antes de que tuviéramos ordenadores?

Hoy sigo con el tema sobre las diferentes posibilidades de evolución de los estudios de TeI. Para poder continuar, voy a hablaros del Libro Blanco del Título de Grado en Traducción e Interpretación, encargado por la ANECA (Agencia de Calidad Universitaria española) y realizado por representantes (profesores) de todas las facultades de TeI de España en 2004. Si alguien está muy interesado en consultar este informe, lo podéis encontrar aquí o aquí.

Se trata del primer estudio sistemático de la titulación y se realizó en 2004. Para mí, representa una fuente bastante interesante porque recoge los debates principales que se están tratando en la titulación (el papel de la interpretación en el currículum, la direccionalidad de la traducción - desde o hacia la lengua materna-, la importancia de la lengua B y C en el plan de estudios, etc.).
Hace un repaso de cómo están los estudios de traducción e interpretación en Europa y otros países y utilizan datos estadísticos sobre el alumnado y sobre la inserción laboral de los licenciados, etc. Tras debatir en varias sesiones plenarias en aquel año lo que cada miembro de la comisión del estudio opinaba sobre el futuro de los estudios, el informe concluye que las dos posibilidades con más crédito en aquel momento eran:

- Una opción mayoritaria de un grado (licenciatura) de 240 créditos en
ocho semestres (= o +/- a la licenciatura actual en duración y no requeriría mucha adaptación)
- Una opción menos apoyada de un grado de 180 créditos en seis semestres (esta opción parece ser la que más se repite en países de la UE, por lo que se tuvo en consideración)

Ambas opciones irían seguidas de másters oficiales de uno o dos años, que irían enfocados en dos direcciones distintas:

- Másters profesionales: dedicados a la especialización en un campo de trabajo (interpretación, localización, etc.)
- Másters de investigación: equiparables a los hasta ahora denominados Programas de Doctorado.

En la actualidad, el panorama parece estarse modelando de la siguiente manera:
En primer lugar, la estructuración y puesta en marcha de los másters va por delante de la estructuración y reforma de las titulaciones de grado. Actualmente ya existen másters oficiales, en su mayoría de investigación, como el de la UGR y hay varios másters profesionales que probablemente arrancarán a partir del curso que viene. No se pueden confundir estos másters homologados con los tradicionales másters que venían ofreciendo las universidades y otras entidades y que no tenían condición de oficiales. Ahora mismo conviven másters oficiales y no oficiales, algo a tener en cuenta por aquellos que estén en la tesitura de ampliar su formación tras la carrera. No es que uno sea peor que otro, pero es cierto que los oficiales tienen un reconocimiento administrativo superior.

Por otro lado, parece que la tendencia en cuanto al grado es a que las cosas no cambien radicalmente en los próximos años. Hay aspectos en los que sí notaremos cambios:

- La introducción del crédito europeo, si se hace efectiva, supondrá una reducción del número de horas de clase del modo en que ahora las conocemos y se traducirá en una mayor carga de trabajo tutelado por el profesor.
- Posiblemente se modernicen los sistemas de evaluación, con la progresiva introducción de sistemas de evaluación continua.
- Posiblemente la carrera tienda a no ser tan especializada y hacer mayor hincapié en la adquisición de competencias y conocimientos algo más generalistas.
- La nueva ley universitaria dará mayor libertad a los centros para que diseñen sus planes de estudios (se flexibilizarán los modelos de planes de estudios nacionales que tenemos ahora, que es por lo que todas las carreras son parecidas en todas las universidades). Esto dará lugar a que las universidades se esforzarán más en ofrecer una carrera atractiva y en perseguir la calidad (= prestigio). Se distinguirá más entre unas facultades y otras y los ránking de universidades como el que publicásteis el otro día, tendrán más importancia de la que tienen ahora. Aunque la carrera será de carácter más generalista, habrá más especialización entre los centros y posiblemente se sabrá, por ejemplo, cuáles son los mejores centros para estudiar interpretación, para estudiar localización, para estudiar traducción con ruso, etc. ya que este será el recurso que los diferentes centros utilicen para marcar su calidad (= prestigio).

Esto son algunas pinceladas de lo que parece más probable después de consultar todas las fuentes que conozco. Pero habría muchísimo más que decir sobre muchos de estos temas. Aún nos queda para unos cuántos posts.

¡Saludos!

Elisa

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domingo, 20 de mayo de 2007

Impresiones de un futuro universitario (III)

Otra semana más. Ya sólo quedan los exámenes finales, los exámenes donde, digan lo que digan, te juegas la nota de cada asignatura. ¿Y si tienes un mal día? Un estudiante de 2º no puede plantearse esa pregunta, todos los días hay que estar al 100%. La última semana de mayo es todo un récord para nosotros. Se combinan las clases teóricas, para terminar el extenso temario, con los exámenes. A ese viernes llegamos todos con la lengua fuera, como si hubiésemos corrido el maratón, unos habrán ganado y otros no. Ganemos o no, ese viernes tenemos premio para todos: nuestra graduación. Es un gran acto donde todos y cada uno de nosotros se “disfraza”; se disfraza por fuera, pero también por dentro. Algunos dejan de ser los amables compañeros para criticar el “crimen” contra la moda que ha hecho el compañero de mesa. Otros sin embargo, abandonan las disparidades con los compañeros para dar a conocer su lado más hipócrita, justificándolo con el dicho: “un día es un día”. Si conseguimos evitar esas situaciones, pasaremos una gran noche, nuestra última noche con todos nuestros compañeros y profesores del instituto.


Hasta que ese día llegue, pasaremos momentos muy angustiosos. Todo gira en torno a números y más números. ¡Pero concentrémonos en nuestros exámenes finales! Debemos ir a por todas en cada uno de ellos; es cierto que en el instituto cuenta la asistencia, el interés y otras cosas además de los propios exámenes; pero de donde no hay, no se puede sacar. En mi caso son cuatro las asignaturas que me quedan: biología, química, matemáticas y filosofía. Esta semana espero terminar con ellas y conseguir mi ansiada libertad. Hasta entonces, no hay otra que seguir con la tarea. ¡Ya os contaré qué tal sale todo! Felicidad.

MªJosé.clari

Estudiante de 2º Bachillerato

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sábado, 19 de mayo de 2007

Cursos Posgrado TeI ( I )

Con la intención de mejorar nuestra formación y, por qué no, dedicarnos algún día a la docencia, presento algunos cursos de postgrado de algunas universidades españolas. Continuaré con más en la próxima publicación. Espero que os sirva de ayuda.

UNIVERSIDAD DE ALCALÁ DE HENARES, MADRID

- Máster Oficial en Comunicación Intercultural, Interpretación y Traducción en los Servicios Públicos

http://www.uah.es/postgrado/ESTOFPOSTG/MO_CI.asp

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID

Curso de posgrado en Traducción: francés e inglés

http://www.uam.es/docencia/traducir/

UNIVERSIDAD POMPEU FABRA
- Curso de posgrado en Traducción literaria

http://www.idec.upf.edu/oferta/dtl.htm

- Programa de posgrado de Traducción y Tratamiento Informático

http://www.idec.upf.edu/oferta/dtt_pres.htm

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BARCELONA

- Traducción, interpretación y estudios interculturales

http://www.uab.es/servlet/Satellite?cid=1096480309770&pagename=UAB%2FPage%2FTemplatePageDetallEstudisPOP&param1=1096480178493

- Postgrado de Traducción audiovisual virtual

http://www.fti.uab.es/onptav/indexcast.htm

- Posgrado de Traducción Jurídica

http://www.fti.uab.es/pg.trad.juridica/presentacio_es.html

UNIVERSIDAD DE SALAMANCA, UNIVERSIDAD DE VALLADOLID (INSTITUTO DE TERMINOLOGÍA BILINGÜE Y TRADUCCIÓN ESPECIALIZADA, ITBYTE) Y UNIVERSIDAD DE VALLADOLID (SORIA), FACULTAD DE TRADUCCIÓN E INTERPRETACIÓN

- Máster en Traducción y Mediación Intercultural en Entornos Profesionales

http://www.usal.es/~mastertraduccion/admision.htm

UNIVERSIDAD JAUME I DE CASTELLÓN

- Curso de posgrado en Traducción médica

http://www.tradmed.uji.es/

- Curso de posgrado en Tecnologías de la traducción y localización

http://tecnolettra.uji.es/es/?page_id=9

Un saludo a tod@s,

Guadalupe Muñoz.

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jueves, 17 de mayo de 2007

Mi vida sin mí: eldoblaje.com

Hay una página web que visito bastante, o más bien mucho, por mi eterna e insaciable curiosidad. Es www.eldoblaje.com. Supongo que muchos la conoceréis. No es que yo pretenda hacerme actriz de doblaje ni mucho menos, lo único que pasa es que siempre quiero saber quién dobla a quién y a quién más. En esta página, aparte de foros, información general y ese tipo de cosas, podéis encontrar una gran base de datos de todos los actores de doblaje, traductores, directores de doblaje y ajustadores de los que se tiene constancia en películas, series de televisión, videojuegos, documentales y animación. Son muchos, al final, los que están involucrados en el proceso de doblaje. Es increíble que haya aún gente que confunda el oficio de poner las voces en tu idioma a otros actores con el de traducir lo que éstos dicen, como si tuviera algo que ver. A mí alguna vez me han preguntado si es a eso a lo que me dedico: Traducción e Interpretación, traduces y actúas (?). Bueno, quizás haya algún caso de traductor/doblador, una especie de hombre del Renacimiento, pero me parece rarísimo, la verdad. Aunque, desde luego, estos dos oficios tienen cosas en común: la invisibilidad y que pagan poco (excepto a los dobladores de Los Simpson en EE.UU. que cobran una millonada, a ver si aprendemos del tío Sam).
A pesar de que últimamente veo casi todas las series en inglés (por eso de aprender y tal) siempre me han gustado las voces de doblaje. Quien no está acostumbrado a ellas dice que suenan extrañas, que no parecen naturales y que los labios no casan con lo que dice el actor. Pero si te has criado en una cómoda sociedad antisubtítulos para ti es lo más normal del mundo. Sin embargo, te das cuenta de lo raro que puede resultar una voz de doblaje cuando la oyes en la radio, o ves una serie americana doblada en un idioma extraño (yo vi una vez Friends en checo) o cuando ves una película española doblada en español (no por los mismos actores, sino por otros).
Me paso muchas horas en esta página curioseando quién dobla a quién, si hay continuidad (porque cuando el actor no es conocido le cambian el doblador todo el tiempo) o qué pasó con el que doblaba a Fulanito que ya no es el mismo. Por ejemplo, hay un actor que tiene por costumbre poner las voces en español a mis personajes favoritos de series muy diferentes (Wilson en House, Mulder en Expediente X y Gary Hobson en Edición anterior) y claro, me he llegado a preguntar si va a resultar que es algo subconsciente y no es que me gusten los actores o los personajes, sino la voz del doblador (¿control mental?). También investigo a veces qué ocurre con los actores de doblaje desaparecidos: por ejemplo, los de Catherine Willows (C.S.I.) y Homer Simpson se murieron, pero ¿el que hacía la maravillosa voz del señor Burns hasta hace unos años? Me dio rabia que lo cambiaran porque me encantaba, así que busqué su ficha personal y… está retirado… nació en 1920. Vale, le perdono que se jubilara.
A partir de la conferencia de Xosé Castro, de la que hablé la última vez, me he fijado también en los traductores de las series (de películas no, la verdad, es que yo soy más bien de tele, desgraciadamente). Me ha sorprendido que solamente exista uno por serie (por regla general) teniendo en cuenta la cantidad de años que éstas pueden llegar a durar. Bueno, quizás sólo nombren a uno pero en la realidad trabajen más. Me ha llamado en especial la atención una mujer que ha traducido muchísimas series importantes y varias de mis favoritas: María José Aguirre de Cárcer, podéis consultar sus datos en eldoblaje.com. Además de haber trabajado con una gran cantidad de películas destaca su labor en las series Futurama, Los Simpson, Perdidos, Expediente X, Seinfeld… Increíble. Qué envidia. No sólo hace un buen trabajo (por lo que recuerdo, porque cuando veía Expediente X no me fijaba mucho en los falsos sentidos, la verdad, era muy inocente aún) sino que ha tenido la oportunidad de trabajar con esos programas y que le paguen por ello. Ahora circulan muchas series subtituladas por fans en la red: algunas traducciones están bien, otras son horrendas. Eso sí que es devoción. O más bien friquismo (yo lo escribo con q), ¿pasarse horas transcribiendo y traduciendo, supongo que sin guión original, sólo por amor al arte? Sí, purito friquismo.
Espero que no le quiten el trabajo a personas como esta traductora (lo dudo mucho) de la que, por cierto, hago oficial en este instante su club de admiradores, miembros: yo.

Un saludo.

Irene Igualada Baeza

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martes, 15 de mayo de 2007

La Interpretación jurada

Como ya hablamos en dos artículos sobre la Traducción jurada y jurídica, me gustaría hablar sobre la Interpretación jurada. Para mí, una profesión muy interesante.

He decidido hablar sobre este tema porque, por razones de falta de profesores (hecho por desgracia común en mi querida universidad, entre otros motivos porque el mío es el segundo año que tenemos 5º de carrera), hemos tenido que cursas la asignatura Traducción ante los servicios públicos como un seminario de dos semanas. Para tal asignatura, ha tenido que venir una intérprete desde Málaga, intérprete jurada de la Audiencia Provincial de Málaga, francés e inglés. Y lo cierto es que, tras contarnos sus experiencias y un poco cómo se desarrolla la profesión, me quedé “enamorada” y si valgo para ello, me gustaría ser intérprete jurada.

La Interpretación jurada es más complicada que la traducción, pues es oral y sobre todo, inmediata. Con inmediata quiero decir que los jueces no se caracterizan por su paciencia, es normal si tenemos en cuenta que tienen varios juicios y no quieren perder el tiempo. Es una profesión delicada, NO PODEMOS INVENTAR NADA, si no estamos seguros de una cosa, es mejor obviarla, si es relevante, ya se volverá a sacar en algún momento. La terminología es difícil, pero una vez asimilada, sale automáticamente. Los cambios de registros son muy frecuentes, es obvio que un delincuente común no va a hablar igual que un juez o un abogado. Hay que tener sangre fría, pues un intérprete jurado no sólo trabaja en un tribunal, sino también en las ruedas de reconocimiento y en los reconocimientos médicos.

A mí me parece una profesión interesante, llena de emociones (buenas y malas), en las que no podemos involucrarnos. Hay que ser fiel al original, sin ponerse de parte de nadie (incluso si somos contratados por un agente privado).

Yo, si puedo, me gustaría dedicarme a eso.

Vanessa

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Reseña de la mesa redonda Asociacionismo y colegio en el VI Encuentro Nacional de Estudiantes de Traducción e Interpretación (Crónicas del ENETI)

Junto con AIIC, ACETT y la Red de Traductores e Intérpretes de la Comunidad Valenciana, Asetrad participó el pasado 23 de abril en la mesa redonda Asociacionismo y colegio con motivo del VI ENETI (Encuentro Nacional de Estudiantes de Traducción e Interpretación).

El propósito de este encuentro nacional es propiciar el diálogo, el debate y el conocimiento mutuo de profesionales y estudiantes que proyectan incorporarse a nuestro mercado.

Tras una breve presentación de cada asociación, los representantes de todas ellas hicieron hincapié en su cometido encaminado a vencer el proverbial aislamiento de traductores e intérpretes, contribuir a la promoción social de sus profesiones y propiciar la mejora de sus condiciones laborales.

Asetrad habló de la labor de sus comisiones, de los descuentos en la adquisición de libros y programas informáticos, de su foro jurídico, de su lista de distribución, de sus cursos de formación, etcétera.

En el turno de preguntas, nuestros futuros colegas se interesaron, entre otros asuntos, por la instauración de un colegio profesional de traductores e intérpretes.

Por lo que parece, el alumnado de traducción e interpretación tiene la creencia de que nuestra profesión se ve perjudicada por el intrusismo.

Los representantes de las asociaciones expusieron los siguientes extremos:

  • el mercado de la traducción es internacional: el traductor puede trabajar para agencias y empresas situadas en un país distinto del suyo propio y que no estarían sujetas a la jurisdicción de tal colegio;
  • un colegio profesional carece de competencia para regular tarifas;
  • la competencia en materia de colegios corresponde a las comunidades autónomas, de modo que no solo habría que crear uno, sino diecisiete;
  • la licenciatura en traducción e interpretación es una vía para adquirir (parte de) los conocimientos necesarios para el ejercicio de la actividad de traductor o intérprete, pero no la única.

De lo que parece colegirse que la instauración de un colegio profesional de traductores e intérpretes no redundaría en la consecución de los objetivos que parecen perseguirse. Se arguyó que dichos objetivos parecen más bien lograrse hoy día:

  • siendo conscientes de que, en el caso de los profesionales autónomos, es cada cual quien «regula» (establece) sus propias tarifas, fundamentalmente a la vista del valor que se atribuye a sí mismo y de los servicios que es capaz de prestar en cierto mercado; para ello es menester relacionarse con otros colegas y compartir información (cometido que Asetrad y otras asociaciones llevan a cabo);
  • no compitiendo en precio, sino en calidad, para lo cual también es primordial el manejo de instrumentos de trabajo como las memorias de traducción, el dominio exquisito del propio idioma y la formación en general, a los cuales también contribuye nuestra asociación celebrando cursos y facilitando la adquisición de material (obras de consulta, programas informáticos, interacción entre colegas, etcétera).

Angel Espinosa Gadea – Representante de Asetrad en ENETI 2007

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domingo, 13 de mayo de 2007

Traductor jurídico y traductor jurado

Con frecuencia se suele confundir los términos de traductor jurídico y traductor jurado, aunque en la práctica poco tienen que ver. Un traductor jurídico es, como el resto de los traductores especializados, un profesional que se dedica a la traducción en un ámbito concreto, en su caso los textos jurídicos. Pero éste no tiene más responsabilidad sobre su trabajo que el resto de sus compañeros, así que no porque la materia sobre la que traduzca sea el derecho, tendrá mayor responsabilidad. Dicho esto, podemos decir que la función de este tipo de profesionales de la traducción es, como la del resto de sus compañeros, meramente informativa o comunicativa, y carece de la capacidad necesaria para darle valor jurídico al documento.

Por el contrario una traducción jurada es una traducción realizada por un traductor acreditado como traductor jurado por el Ministerio de Asuntos Exteriores en el caso de España, y son los únicos profesionales independientes con capacidad para realizar este tipo de traducción, dentro de todo el territorio nacional, que tendrá carácter oficial ante las autoridades. El nombramiento de un intérprete jurado se registra en la Oficina de Interpretación de Lenguas de Madrid y en la delegación del Gobierno o Gobierno Civil de la provincia donde ejerza. Y es interesante resaltar, que en España ni siquiera los notarios públicos y otros fedatarios están autorizados para dar fe de las traducciones y las interpretaciones. Como ya se dijo en un artículo anterior de Tradublog (Traducción jurada, miércoles 28 de marzo de 2007) un traductor jurado tiene que ser totalmente fiel al original, ya que dará fe de ello mediante su firma y su sello.

En consecuencia a lo dicho anteriormente, se plantean ciertas preguntas:

¿Cuándo se debe realizar una traducción jurada? Lo más común es que se realicen por exigencia de determinadas autoridades (juzgados, instituciones académicas, ministerio, etc.) o para avalar el texto traducido asumiendo la responsabilidad de la traducción. Si un cliente prefiere que su traducción esté firmada y sellada por un traductor jurado, el beneficio de éste será aun mayor, ya que los precios de las traducciones jurídicas aumentan considerablemente.

¿Las traducciones jurídicas pueden ser objeto de propiedad intelectual? No, ya que se les atribuye carácter oficial a las traducciones juradas tanto escritas como orales, y esto impide que puedan ser objeto de propiedad intelectual privada.

¿Está el traductor o interprete jurado obligado a cobrar una cantidad preestablecida por su trabajo? No, actualmente tienen libertad para solicitar la remuneración que estimen justa y apropiada en cada caso, pero existen orientaciones.

En conclusión, aunque no vayas a dedicarte a la traducción jurídica, es una buena idea cursar los 24 créditos necesarios para obtener la acreditación de traductor jurado sin necesidad de pasar un examen oficial. Sea cual sea tu especialidad tanto en traducción como en interpretación, la traducción jurada es una salida, exige más responsabilidad y fiabilidad en las traducciones que realizas, pero también reporta buenas ganancias.

Un saludo,

Yaiza Rojas.


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viernes, 11 de mayo de 2007

Historia de la Traducción

El picor en la garganta, mis estornudos continuos, y los treinta y siete grados que marcaba ayer un termómetro del Ayuntamiento frente a la puerta de la estación de tren a las dos y cinco de la tarde, son señales inequívocas de que el buen tiempo se ha asentado (al menos en Andalucía) de manera irrevocable. ¡Qué bonito es Mayo! Y de hecho, lo es. Es el mes de Córdoba por excelencia: cruces, patios, cata, feria…Pero resulta que los estudiantes no somos cordobeses, somos simples residentes, y como a día de hoy falta un mes y dos días para que comiencen los exámenes en Traducción, no tenemos derecho a nada de lo que he nombrado antes (excepto a padecer alergia y estrés en cantidades industriales)

El otro día, mirando el catálogo de la biblioteca de la Universidad para buscar unos libros que necesito para un trabajo, me encontré con ensayos sobre Historia de la Traducción, y me acordé de que el próximo curso (si todo sale bien y consigo aprobar algo más que Inglés) tengo esa asignatura, por lo que decidí echar un vistazo al programa de la materia.

Historia de la Traducción es una asignatura de Primer Ciclo de TeI, de carácter obligatorio y que, al menos en la UCO, se imparte en el segundo curso de la licenciatura. Como viene siendo la tónica general de las asignaturas de Traducción, tiene un temario largo a pesar de ser una asignatura cuatrimestral.

Lo interesante de la asignatura es la variedad de temas tratados en ella. Como todas las asignaturas que llevan por nombre Historia de…es compleja debido a su carácter eminentemente teórico, pero con el enfoque adecuado puede dar una visión amplia al estudiante de los diferentes problemas de la Traducción.

El objetivo de Historia de la Traducción es realizar un recorrido por las diferentes épocas, analizando el enfoque desde el que se ha realizado la actividad traductora y el desarrollo de ésta y de la traductología, comenzando por las lenguas de la Antigüedad de Oriente Próximo para el análisis de los textos sagrados más importantes (centrándose sobre todo en la Biblia), pasando por la Edad Media y el trasvase de estas lenguas al árabe y más tarde al latín, hasta el desarrollo de la Traducción en las diferentes lenguas nacionales y las teorías del siglo XX.

Puede pensarse que esta asignatura sólo puede servir para poco más que la ampliación de nuestra cultura general, pero, personalmente, no creo que sea así. Todo profesional debería conocer la evolución de la disciplina en la que trabaja. En ciertas carreras esto se lleva a la práctica, pues recordemos que hay asignaturas como Historia de la Enfermería o Historia de la Arquitectura, y en los conservatorios se imparte Historia de la Música, por nombrar sólo algunos ejemplos.

Si se conocen las diferentes etapas de la práctica de la Traducción y cómo se ha ido dando solución a los problemas a los que esta disciplina se ha enfrentado a lo largo de la Historia, se podrá tener una mayor comprensión de los textos a partir de su contexto temporal, y evaluar las carencias de las traducciones anteriores, o poner en práctica alguno de los elementos traductológicos que hayan permitido afrontar una problemática concreta.

Un saludo.

Ildefonso Laguna.

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miércoles, 9 de mayo de 2007

Las 5 mejores facultades de T&I en España (2006/2007)

Un año más, el diario El Mundo publica su suplemento 50 Carreras, en el que recoge las mejores universidades del país, así como los mejores centros para estudiar cada titulación. Respecto a Traducción e Interpretación, no hay novedades sobre los mejores centros que imparten la titulación.

1º.- Autónoma de Barcelona.

2º.- Granada.

3º.- Jaume I.

4º.- Salamanca.

5º.- Pompeu Fabra.

Podéis leer el informe completo aquí.

Un saludo,

Oliver Carreira

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Sobre recursos y otros asuntos

Volviendo a mi tema habitual, la enseñanza de las lenguas extranjeras en T&I, he creído que sería interesante reflexionar, aunque solo sea brevemente, sobre los recursos necesarios y la inversión de tiempo, esfuerzo y dinero que supone la formación de traductores e intérpretes.

A menudo, cuando se habla de recursos en la enseñanza, no sólo de idiomas, sino en la enseñanza en general, se suelen distinguir, de manera lógica, dos tipos: los recursos personales y los recursos materiales.

Los primeros, los personales, ante todo esenciales, hacen referencia fundamentalmente al personal docente que imparte las diferentes asignaturas y guía a los alumnos en su aprendizaje. De estos páginas y páginas se podrían escribir. Sin embargo, ése no es el cometido que pretendo con este artículo, entre otras cosas, porque la opinión o impresión que tenemos de nuestros profesores suele ser muy subjetiva y apreciativa, y para nada intento emitir juicios de valor que además de ser muy personales poca justicia harían a la encomiable labor que muchos docentes desempeñan a diario en las aulas.

Los segundos, los materiales, son mucho más interesantes para lo que aquí pretendemos. Dentro de estos últimos se incluiría una infinidad de elementos que irían desde las herramientas que emplea cualquier estudiante como libros, diccionarios, manuales…, hasta los recursos y espacios que las Universidades tienen que procurar poner a disposición a sus alumnos.

En un tiempo como el que nos ha tocado vivir, los grandes avances tecnológicos se hacen sentir en todos los ámbitos sociales y profesionales, especialmente en el de la enseñanza de lenguas extranjeras. Gracias a las Nuevas Tecnologías, la formación de traductores y especialmente de intérpretes se ha simplificado mucho. Hoy en día contamos con laboratorios de idiomas informatizados, cabinas de interpretación, aulas virtuales y otros tantos recursos similares.

Las instituciones educativas, en nuestro caso, las Universidades, deben ser conscientes de la enorme utilidad que, para el alumno de lenguas, tienen todos estos equipos e instalaciones; son auténticas minas de oro con las que explotar y pulir las destrezas lingüísticas del alumnado. Por ello, aunque sea muy costoso, hay que realizar un importante esfuerzo económico, no sólo para adquirir los equipos, sino también para mantenerlos y contratar personal técnico especializado que se encargue del buen funcionamiento, las Universidades y las facultades de traducción deberían invertir en ellos, como de hecho la mayoría hace. No obstante, tan importante es invertir en estos recursos como en emplearlos de manera adecuada de modo que todo el alumnado se beneficie por igual de sus ventajas, pues, por desgracia, son muy pocos puestos y ordenadores los que se cuentan por laboratorio y no siempre la organización facilita el acceso a ellos.

Aunque no son recursos propiamente materiales, el tiempo que destinamos a formarnos y el esfuerzo que ello nos supone no son menos importantes. La capacidad de esfuerzo, trabajo y sacrificio que requiere, no sólo la titulación, sino la profesión, no es apta para cardíacos. Es una carrera a tiempo completo, consume casi las veinticuatro horas del día, pues cuando no es una práctica de última hora que debes entregar, es un examen, una exposición, clases y apuntes que preparar, libros que leer, actividades extraescolares a las que asistir etc. Sólo de pensarlo ya resulta agotador. Apenas queda tiempo para comer, dormir y respirar, y con algo de suerte, para salir el sábado por la noche y tomar algo con los amigos, pero eso sí, sin volver muy tarde a casa, porque al día siguiente, aunque sea domingo toca currar.

En el tiempo también deberíamos incluir los años, horas y minutos que dedicamos al aprendizaje de un idioma. Calcular aquí la cuenta sería algo imposible; las cifras serían astronómicas, como también lo serían las cifras si calculáramos el dinero que durante un año invertimos en nuestra enseñanza. Como esto es algo muy personal que depende de las circunstancias personales de cada cual, no voy a proporcionar una cifra concreta, pero os invito a que busquéis una calculadora, os sentéis bien en una silla y comencéis a echar cuentas teniendo en cuenta: el alquiler y la comida (sólo para aquellos que estudien fuera de casa), la matrícula, el transporte, los cursos de idiomas, los cursos y seminarios extras para reunir los preciados créditos de libre configuración, diccionarios, manuales de traducción, gramáticas de todas clases, el curso de verano en el extranjero, el año de erasmus, etc. Mejor no sigáis calculando no vaya a ser que os dé un colapso y se me vaya a culpar de alterar a las masas.

Sin embargo, a pesar de todo lo que nos pueda costar, ya sea dinero, ya sea esfuerzo, lo cierto es que todo esto resulta casi insignificante cuando uno está seguro de que donde está es donde quiere estar y de que lo que hace es lo que quiere hacer.

¡Un saludo!

Inmaculada Prieto

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lunes, 7 de mayo de 2007

Asociacionismo en T&I

A pesar de la imagen que se da de nosotros en los mass media (jóvenes sólo preocupados por el próximo botellón/barrilada/fiesta erasmus; destructores de la propiedad pública, enemigos del descanso vecinal, crápulas egoístas que no desean ahuecar el ala del nido familiar y quejicas en general) los universitarios somos, en su mayor parte, un grupo de buenas personitas con sentimientos, buena gente en general, y con bastantes inquietudes en lo particular. Muchos estudiantes intentan desarrollar estas últimas, de forma que redunden en el bienestar unque algua imagen que smucho mcho mer en los mass mediad de estos fruiene una actitud ambivalente. de la comunidad universitaria, y de este modo surgen asociaciones, grupos, círculos y otras entidades similares que, sin duda, tiene mucho que ofrecer.

Por supuesto, la administración universitaria apoya públicamente el desarrollo de estas actividades "extraescolares", eso sí, siempre y cuando estas no supongan merma alguna al presupuesto, y que no discrepen de la línea oficial de esta (en roman paladino: “no pidáis pasta y no deis la lata"). Exceptuando organismos como Consejos de estudiantes, Representantes de alumnos en Departamentos y similares (cuya función, permitidme el escepticismo, sigo sin conocer tras cinco años enclaustrado entre muros universitarios), la universidad, en general, no se prodiga a la hora de subvencionar otro tipo de agrupaciones, más allá de aquellos con fines políticos internos o propagandísticos.

A pesar de este desolador panorama (una de tantas cosas que se espera cambien con el tan cacareado proceso de Bolonia) existen muchísimos alumnos que llevan a cabo una labor casi anónima en diferentes aspectos. Por el lado que nos ocupa, en las facultades de T&I, el asociacionismo se centra más en el aspecto profesional (asociaciones de Traductores e Interpretes ya en activo). Sin embargo, haciendo uso de nuestro amigo, el tito Google, es posible encontrar iniciativas muy interesantes, y que llevan a cabo una labor muy encomiable (y en muchos casos, no ya apoyada por la administración, sino incluso desmerecida por parte de esta).

Una de las iniciativas, a mi juicio, más interesante, es la llevada a cabo por la AELETI (Asociación de Estudiantes y Licenciados en Traducción e Interpretación), grupo de estudiantes de la Universidad de Salamanca, que puso en marcha los ENETIs (Encuentros Nacionales de Estudiantes de Traducción e Interpretación). Básicamente, la idea de estos encuentros es celebrar una reunión de estudiantes, en formato congreso, pero sin las típicas rémoras de este (como las conferencias sobre la semiótica en el s. XI). Es decir, un congreso en el que se traten temas y aspectos que realmente interesen a los estudiantes (seamos sinceros… la semiótica no es muy popular).

Por supuesto, las universidades se apuntan, a bombo y platillo, a la celebración de los ENETIs, pero a la hora de la verdad, quienes se tienen que dejar el espinazo en la organización y recogida de fondos son los pobres estudiantes del comité organizador de turno(pobres no de espíritu… sino de poderoso caballero :D).

Otra iniciativa interesante (esta vez, a título individual) es la que lleva a cabo Esperanza Castro Vergel, compañera de universidad, que ha puesto en marcha un portal, Teicor, en el que informa sobre la titulación en la Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba. Uno de sus aspectos más interesantes es el foro, en el que se recoge, a mi juicio de forma bastante fiel, como es la vida traductoril en la UCO a nivel de alumnado.

Para ser sincero, conozco pocos proyectos llevados a cabo por estudiantes en activo (como ya he mencionado, la mayoría de ellos son gestionados por doctorandos o por traductores en ejercicio). Eso no quiere decir que haya más, aunque el principal punto débil en este caso, es la falta de publicidad de estos.

Para concluir, es importante remarcar que muchos de estos proyectos surgidos de la asociación entre estudiantes son, desgraciadamente, observados con recelo por la administración universitaria, cuando creo que estos deberían ser contemplados como la expresión de la actividad del alumnado, y por tanto esta debería fomentarlos y apoyarlos. En el futuro proceso de Bolonia, donde las universidades serán financiadas según sus resultados, creo que un punto a tener en cuenta debería ser la producción no académica de los alumnos a través de estas expresiones, que creo que en muchos casos, pueden ser de mayor interés que la investigación científica o la mera producción académica.

¿Qué opináis vosotros? ¿Apoya lo suficiente la universidad a los grupos y asociaciones de estudiantes? ¿Debería haber mayor implicación por parte del estudiantado? ¿Conocéis algún proyecto interesante?

Esperando vuestras respuestas, recibid un abrazo de vuestro hermano en traducciones.

Olli

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domingo, 6 de mayo de 2007

Crónicas del ENETI: Imágenes del encuentro

Hola a todos!


Aquí os dejo algunas imágenes del ENETI celebrado en la Universidad de Alicante, el 24 y 25 de Abril. Siento no disponer de más, pero no ha habido forma de conseguirlas. En cualquier cosa, espero que os hágais una idea del encuentro con estas. Por cierto, felicidades a la Universidad Europea de Madrid, que celebrará el ENETI del próximo año.

Mesa redonda de interpretación en servicios públicos

Conferencia de Xosé Castro

Comité organizador




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Impresiones de un futuro universitario (II)

¡Ya queda menos! Parece ser un fin inalcanzable, pero somos conscientes de que muy pronto llegará, y con él la libertad que todos deseamos desde hace ya bastantes meses. A pesar de la proximidad de nuestra graduación, los profesores se han empeñado en agobiarnos con sus malditas advertencias: “estos días son decisivos, si no estudiáis lo suficiente, os quedaréis fuera de la carrera por la que lleváis luchando estos dos años”. ¡Vaya ánimos! Todo está programado, incluso algunos profesores se “pelean” con sus compañeros para reservar horario en los días de junio antes de la selectividad, como si de una consulta del médico se tratase: “¡Oye, que yo ya había pedido esa hora! ¡No me la quites!”- se escucha por los pasillos. Parece que la hipocresía llena las clases, tanto por parte de profesores como de alumnos. Todo se convierte en intereses, y está desapareciendo el compañerismo que había reinado hasta hace un tiempo. No son días de mirar por el prójimo.

Además, se une el agobio de todos nosotros a la indecisión. ¿Qué estudiar? Tengo comprobado que el 90% de las conversaciones que se llevan a cabo entre estudiantes de 2º de bachillerato giran en torno a este tema. ¿Preferimos una carrera con muchas salidas profesionales o una que realmente nos llene de satisfacción? Dado que vivimos en una sociedad utilitarista, la primera opción sería la más “correcta”, aunque mantengo que aquél que elige su carrera por vocación está cometiendo el mayor acierto de su vida. En mi caso, la elección de carrera no dejará de ser un descarte de todas las otras carreras a las que tiene acceso mi bachillerato. Estudio ciencias de la salud, y a pesar de tener una amplísima gama de posibilidades esta modalidad, no me decido por hacer nada relacionado con ella. Desde pequeña me han encantado las ciencias, y siempre he querido hacer matemáticas, pero se vio truncada mi idea cuando apareció la música en mi vida. A partir de entonces, la idea de estudiar ciencias se cambió por los idiomas, desde pequeñita me habían gustado y nunca había descartado la posibilidad de estudiarlos. Ahora quiero seguir con la música, pero no me asegura nada, por eso quiero estudiar algo desde el bachillerato. ¿Traducción e interpretación? ¿Medicina? ¿Filología inglesa? ¿Química? En cualquier caso, creo que deberé elegir ya entre música y otra carrera, pues ninguna de estas posibilidades me permite compaginar la música. Lo más usual es magisterio, decenas de compañeros del conservatorio estudian magisterio para poder llevar ambas cosas. No digo que sea fácil, pero la dificultad en una licenciatura se incrementa. ¿El problema?No me acaba de convencer. Es una difícil decisión, la más difícil que he tenido que tomar hasta ahora. Se acerca el día…¡ y no sé qué hacer!

MªJosé.clari
Estudiante de 2º de Bachillerato

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sábado, 5 de mayo de 2007

TeI en Canadá (III)


Para terminar con el análisis del programa que ofrece la Universidad de Ottawa: Doctorat en Traductologie, voy a ofrecer a continuación una breve presentación de las materias de Interpretación. Al final ofreceré mi punto de vista sobre alguna.

Interpretación judicial: técnicas de interpretación de tribunal. Reglas sobre el procedimiento y la práctica habitual en los tribunales. Vocabulario propio de la administración de justicia, Deontología, y prácticas a través de casos simulados.

Documentación de conferencia I: exposición por parte del alumno o el profesor de temas que el intérprete debe conocer en profundidad: temas nacionales e internacionales sobre economía, política, instituciones, ciencia y tecnología, y actualidad general. Estudio de la terminología propia de estos campos y ejercicios prácticos.

Documentación de conferencia II: se tratarán ciertos aspectos prácticos de la profesión como, por ejemplo, la organización de conferencias, contratos de interpretación, Deontología y condiciones de trabajo, y asociaciones profesionales.

Técnicas de tratamiento de la información: desarrollo de aptitudes como la comprensión, síntesis y reproducción de textos. El arte de hablar en público, ejercicios de improvisación, paráfrasis y traducción a la vista.

Interpretación consecutiva inglés<->francés: técnicas de toma de notas y de interpretación consecutiva. Trabajos prácticos sobre temas de actualidad.

Taller de interpretación consecutiva inglés<->francés: trabajos prácticos supervisados de interpretación consecutiva, cuyo objetivo es el entrenamiento intensivo y de dificultad creciente, así como la aplicación y el refuerzo de las técnicas presentadas anteriormente.

Teoría de la Interpretación: visión de conjunto de los estudios realizados sobre Interpretación (enfoque sociolingüístico, cognitivo, etc.). Introducción a los métodos de investigación utilizados.

Interpretación simultánea inglés<->francés: interpretación simultánea e interpretación a la vista. Ejercicios de perfeccionamiento de la interpretación consecutiva.

Taller de interpretación simultánea inglés<->francés: mismo enfoque que el Taller de interpretación consecutiva, pero en este caso la interpretación es simultánea.

Finalmente, me gustaría destacar asignaturas que considero importantes para el buen desarrollo de las técnicas de interpretación aprendidas, por ejemplo, Documentación de conferencia I y II.

Pienso que es evidente la necesidad de conocer en profundidad el tema sobre el que se hará la interpretación. Puede ocurrir (y ocurre) que en las clases de Interpretación se comience directamente por interpretar sobre temas muy diversos, sin que el alumno tenga un conocimiento mínimo previo. En ocasiones, se tratan temas desconocidos para el alumno, con las consecuentes lagunas de información que no permiten una correcta conexión de las ideas.

Por tanto, considero que hay que partir siempre de un conocimiento competente sobre la materia. Y para ello son interesantes estas asignaturas, que dedican un número de horas establecido para asegurar este aprendizaje. No basta leer el periódico todos los días... aunque es una buena recomendación.



Un saludo a tod@s,

Guadalupe Muñoz.


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viernes, 4 de mayo de 2007

¿De dónde viene y a dónde va la licenciatura en Traducción e Interpretación? (IV)

¡Hola! Hoy voy a seguir con Bolonia y cómo afectará a nuestros estudios. En el último post hice un repaso de las medidas que supone la reforma y también de los problemas de aplicación que puede generar en la Universidad española. En este post quisiera hacer hincapié en el ámbito de nuestra carrera. Mejor repasamos hoy lo que es positivo. Para lo menos alentador esperamos a otra entrega.

La carrera de TeI tiene la imagen de ser de algún modo una opción de formación “moderna”, al menos en comparación con otras carreras. Desde mi punto de vista, esto tiene bastante de cierto, si entendemos el calificativo de "moderno" desde un punto de vista de enseñanza y aprendizaje. Evidentemente, la situación varía de centro en centro e incluso de profesor a profesor, por lo que todo lo que voy a decir a continuación es susceptible de matizaciones. Insisto en que hoy toca ver el vaso medio lleno:

  • TeI plantea en su propia esencia un vínculo claro entre la universidad y el mundo de la empresa, ya que es una de las pocas carreras en las que se aprende un oficio: el de traductor/intérprete. Esto es algo que no se valora lo bastante hasta que no has entrado en el mundo laboral. Dejando de lado las cosas que podrían mejorar, lo cierto es que la carrera tiene bastante de práctico, de aprender un savoir-faire, unas competencias operativas… esto nos permitirá no solo adaptarnos a varios trabajos sino también generar nuestro propio empleo (autónomos, empresarios). Además, en algunas facultades ya se integran las prácticas laborales dentro del currículum.
  • Aunque cada profesor utiliza sus propias estrategias docentes y la libertad de cátedra permite que enfoquen sus clases libremente, buena parte del profesorado tiene influencias de otros sistemas (por haber estudiado, trabajado o nacido en otras culturas educativas), lo cual aporta una serie de recursos que enriquecen las estrategias de enseñanza-aprendizaje. No es raro ver cómo se trabaja en grupos y de forma colaborativa en las clases de traducción. Hay más debates y presentaciones orales que en otras facultades. Se enseña a que los alumnos busquen soluciones, no a que las memoricen (por ejemplo, en traducción). Hay menos alumnos por clase y esto permite una relación más fluida entre profesor y alumno que en otras carreras. Algunos profesores introducen sistemas de evaluación también más acordes con estas ideas, con sistemas de seguimiento continuado (trabajos individuales y en grupo, presentaciones, etc.) en lugar de un examen final. Sé que no todo el mundo trabaja así y tampoco creo que sea malo tener algunos profesores que trabajen de otra manera. De cada método se puede extraer un aprendizaje diferente. Pero lo cierto es que cualquier alumno de TeI puede encontrar muchas diferencias con la forma en la que se trabaja en otras carreras más masificadas y tradicionales. No es extraño ver a los alumnos de tercero y cuarto sin tener que encerrarse a empollar en épocas de exámenes como pasa en otras carreras: el trabajo lo vienen haciendo diariamente con sus entregas y presentaciones. Se supone que la introducción de los créditos europeos (ECTS) que reconoce el trabajo del alumno fuera de clase y promueve la tutela de ese trabajo por parte del profesor, vendrá a fomentar lo que muchos profesores ya vienen haciendo.
  • La competencia o aprendizaje que incluye las cuestiones interculturales, interlingüísticas, etc. responde al interés de la UE por fomentar la movilidad y el conocimiento de las diferentes culturas y lenguas europeas. La movilidad del estudiantado es frecuente (Erasmus, etc.).

Pero quizás la cuestión más interesante y la que más debate genera, sea la que cerraba el post anterior: ¿Qué competencias son las que se deben enseñar? ¿Qué pasa con TeI? ¿Subsistirá con la reforma?

Los debates en torno a esto vienen de largo. De algún modo, parece como si en TeI nos hubiéramos estado anticipando a la reforma de Bolonia. Desde hace años se debate ya sobre si la carrera debe ser más humanística-filológica o si debe estar dirigida a una formación puramente operativa en la empresa de traducción. Otro debate interesante es el de qué es la competencia traductora. Ahora la UE pide a todas las carreras que describan qué competencias quieren enseñar y las relacionen con el mercado: resulta que en traducción esta cuestión lleva debatiéndose desde hace 30 años. Que si la carrera debe ser solo de traducción, mientras interpretación ha de ir independiente; si ha de ser una carrera generalista de lenguas aplicadas y la especialización en traducción y/o interpretación ha de ser un máster; si cada centro debe especializarse en un sector del mercado o por el contrario todos deben impartir lo mismo; si se ha de impartir la traducción inversa también o solo la directa... Las variaciones son interminables.

Actualmente se vienen barajando varias opciones de futuro: 1) Los planes de estudios quedan como están (traducción+interpretación de 4 años); 2) Un grado (= licenciatura) de cuatro años más generalista (tipo Lenguas Aplicadas) y se completa con másters en traducción y/o interpretación; 3) Un grado solo de traducción y luego un máster en interpretación; 4) La carrera se funde con filología y luego se pueden hacer másters en traducción e interpretación, etc.

Aún queda mucho por decir al respecto. Iremos viendo cuál de estas opciones es la que tiene más papeletas. También quisiera hacer un repaso de la situación pero considerando el vaso medio vacío... todo aquello que pueda ser problemático en nuestros estudios. Pero todo hay que verlo poco a poco. Por ahora, es suficiente con dejar estas notas aquí y me gustaría mucho que comentéis al respecto. ¿Qué opción creéis que sería la mejor de las que he descrito en el párrafo anterior?

¡Saludos! EC

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miércoles, 2 de mayo de 2007

Mi vida sin mí: adaptaciones en la traducción audiovisual (Crónicas del ENETI)

En primer lugar quiero disculparme por mi metedura de pata de la semana pasada. Ya me lo decía mi mamá: hay que contrastar datos. En cualquier caso, gracias por sacarme de mi error. La traducción finalmente estaba bien (según el profesor) así que, al menos, no resultó ser malo nuestro método.

En este artículo voy a reflexionar un poco sobre la traducción audiovisual a partir de la última e interesante charla de Xosé Castro en el ENETI.

Como ya anuncié, la semana pasada fui a Alicante para asistir a las conferencias del Encuentro Nacional de Estudiantes de Traducción e Interpretación. La playa no se me insinuó mucho, así que pude ir a todas las charlas… bueno, a casi todas, porque lo que sí se me insinuó fue el césped de la Universidad de Alicante. Por cierto, cuál fue mi sorpresa el primer día al encontrarme un papelito sobre Tradublog dentro de la carpeta que nos había regalado la organización. La verdad es que lo primero que pensé fue: «¡Pardiez! Con esta publicidad más gente va a leer mi gran error del último artículo». Pues bien, a lo que iba, el encargado de la última conferencia fue Xosé Castro que habló sobre traducción audiovisual. Fue la charla más divertida, imaginativa y aclamada de todas. No es que esto sea siempre bueno, puede una charla resultar muy amena y a la vez estar desprovista de información importante. En este caso no fue así: no sólo nos dejó el conferenciante con buen sabor de boca para el viaje de vuelta, sino que nos llenó la cabecita de información útil sobre traducción audiovisual y otras cosas (como un programa de ordenador, de cuyo nombre no puedo acordarme, para convertir los ingresos brutos de un traductor autónomo en ingresos reales).

Xosé Castro nos habló un poco de su carrera. Nos contó que él fue el traductor de Chicho Terremoto (no sé si os acordáis de esa serie, trataba de un niño más salido que Shin Chan que se ponía las bragas de una amiga en la cabeza) y eso me llamó la atención porque esa serie es la que siempre pongo de ejemplo cuando se habla de adaptaciones culturales. En aquella serie de mi infancia no sólo cambiaban los nombres propios japoneses por otros españoles (lo cual era muy normal) sino que, incluso, trasladaban a los personajes a Barcelona (no estoy muy segura de esto último, pero si no fue en esta serie, sería en otra). Cuando, de mayor, me di cuenta de esos cambios me hizo bastante gracia. Antes era normal hacer adaptaciones culturales en los dibujos animados, no tanto en los americanos pero sí en los japoneses, quizás porque la cultura oriental nos resultaba más extraña. Ahora ya no se hace eso, los nombres se quedan igual y los lugares también, desde luego. Supongo que ciertos datos sobre la cultura japonesa se han acoplado definitivamente a nuestros conocimientos generales con el paso de los años y un niño ya comprende de primeras que esa gente tiene nombres raros porque vive muy muy lejos. Con las series de EE.UU. ocurrió lo mismo: antes se adaptaban los nombres (Pedro Picapiedra, Súper Sónico, Piolín, Pierre Nodoyuna (aunque no Tom y Jerry)). Ahora su cultura se ha enraizado tanto en la nuestra que ya casi nunca se adaptan los nombres. Por ejemplo, Homer Simpson se llama igual… en España, porque en el doblaje español de América lo llaman Homero. Tenéis que ver las discusiones que se montan en Youtube justo debajo de los videos con este doblaje: unos cuantos españoles imbéciles se mofan del acento mejicano (o una especie de acento neutro para toda la América latina, no estoy segura) y los americanos se defienden insultando el doblaje español, luego empiezan los insultos racistas por ambas partes y… bueno, al final llegas a la conclusión de que en todas partes hay estúpidos. Por cierto, los insultos mejicanos son de lo mejorcito, muy descriptivos, no los reproduzco aquí porque hay niños delante.

En fin, me he ido un poco por las ramas. Yo sólo quería decir en este artículo lo mucho que me gusta y me interesa la traducción audiovisual (he llegado a pasarme tardes enteras mirando esta página: http://www.eldoblaje.com/) y lo buena que fue la charla de Xosé Castro. Aunque, desde otro punto de vista, ya podría él no haber sido tan divertido, seguro que las cien personas que había en la sala volvieron a su casa queriendo ser traductores audiovisuales… mierda, me van a hacer la competencia.


Un saludo.

Hoy es fiesta en Madrid, me voy a vestir de chulapa para ir a bailar un chotis a la Plaza Mayor, je, je.

Irene Igualada Baeza

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