lunes, 23 de julio de 2007

Tradublog se marcha de vacaciones

Los estudiantes de traducción también tenemos derecho a descansar. A pesar de que podemos parecer adictos al trabajo, también nos gusta parar de cuando y cuando, marcharnos a la playa, a remar en un lago finlandés alejados de la tecnología, o a descolgarnos doscientos metros en una pared vertical de un glaciar en Groenlandia.

Lo que os quiero decir es que nos vamos de vacaciones (y bien merecidas). Ya habréis notado que en las últimas semanas el ritmo de publicaciones se ha reducido. Ahora, el equipo de Tradublog se merece un buen descanso.

Aquellos que no os marcháis de vacaciones, no os preocupéis. Durante el verano, tendremos un suplemento especial semanal, que tratará sobre los principales problemas de la universidad española. Y quizá también contaremos con algunos artículos sobre el acceso a segundo ciclo de traducción, e incluso quizá contemos con la colaboración de autores de otros blogs.

Si sois de los que no tenéis más remedio que quedaros en casa sin vacaciones (por la hipoteca, por la pasta, o porque os partisteis una pierna) esperamos que os guste. Y si os marcháis, estaremos de vuelta a principios de Septiembre, listos para seguir criticando todo lo que no nos gusta de esta titulación.

A todos los que nos habéis leído, queremos daros las gracias. Seguiremos trabajando duro en nuestra próxima temporada, que traerá algunas novedades, entre ellas, un nuevo diseño de la página, nuevos autores en el equipo, y muchas otras características.

Aquí os dejo un par de sugerencias para las vacaciones :D






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martes, 17 de julio de 2007

¿De donde viene y adonde va la licenciatura de T&I?

Hola, y disculpas por el retraso... Hoy quisiera retomar un post muy interesante de Inmaculada Prieto, sobre el sistema de acceso. También se ha tratado en el debate sucitado en el tema que abrió Oliver sobre la identidad del estudiante de traducción.
Recuerdo a un amigo de Alemania, al que pregunté cuando nos conocimos: ¿tu estudias o trabajas? y contestó: "Yo espero". No en todos los países el sistema de numerus clausus funciona igual de trascendentemente que en España. Lo de la trascendencia del sistema de acceso, es algo bastante increíble, si tenemos en cuenta que tienes una y solo una posibilidad en la vida de estudiar lo que quieres y si no lo consigues en esta ocasión, las vueltas que tienes que dar para conseguirlo son muchas, complicadas y casi imposibles. Así, todos conocemos a gente que entró en enfermería porque le faltaban dos décimas para entrar en medicina, o hizo filología porque le faltaron 0,002 puntos para hacer Traducción.

Mi amigo no lo tuvo así de "trascendente". En Alemania existe el numerus clausus, pero funciona de manera flexible. Se selecciona a una primera tanda de estudiantes por notas y el resto pasa a lista de espera. Puede ser que tengas que esperar medio año o un año, pero finalmente, entras en la carrera que deseabas, porque se reserva un número de plazas de nueva incorporación para gente con vocación interesada en entrar antes o después. En el tiempo en el que esperas, muchos optan por hacer algo interesante (viajar, trabajar, estudiar otra cosa), por lo que el grado de madurez y de experiencia que tienen al acceder a la universidad puede considerarse mejorado en muchos casos.

En el Reino Unido ni existe tal sistema. Las selecciones de acceso se hacen personalizadamente, por la propia facultad, y se tienen en cuenta las notas, pero también la trayectoria y personalidad del candidato.

Como sabemos, en TeI hay dos sistemas de acceso: examen de nivel lingüístico y nota de corte.

En un principio todo el mundo accedía por examen de nivel lingüístico en las pocas facultades que había. Yo hice uno de esos exámenes en Granada, pero no me pareció, sinceramente, en aquella época (prefiero no decir el año) que ese exámen sirviera para determinar mi aptitud en absoluto (aunque aprobé). Se nos hizo un examen de español en el que recuerdo aún una de las preguntas: escriba cinco palabras esdrújulas que contengan una sola consonante entre la vocal acentuada la última letra. En el último minuto del examen, tras estrujarme el cerebro, apareció en mi cabeza, cual bombilla, la palabra "aéreo". Después me acordé de algunas más que rimaban con la anterior: etéreo, venéreo, etc. ¿Significa esto que sabía más español que los que no vieron esa bombilla? Creo que no. Hice también el examen de Salamanca en el mismo año, creo que allí siguen utilizando la misma metodología aún: discursos en español para resumir en inglés y viceversa. Ese sistema me pareció más coherente, pero aún así, creo que un único examen difícilmente puede establecer una línea justa entre los que "saben" la lengua y los que no.

Por otra parte, están las facultades sin examen (privadas y andaluzas). Las privadas tienen sus propios sistemas de acceso, mediante entrevistas personales y a veces nota de secundaria. Algunas son más exigentes y otras menos, depende. Las andaluzas no cuentan con un examen de acceso porque hace años se decidió que todos los centros andaluces debían compartir criterios de acceso. Creo que fue en Málaga que se decidió eliminar la prueba de acceso, por lo que el resto de centros se vió afectado por la decisión. En Granada, que era la única otra facultad andaluza entonces, esta decisión causó un gran revuelo.

Cabe preguntarse si los estudiantes que entran por nota de corte y por examen de acceso, presentan grandes diferencias en su perfil. Sinceramente, creo que no muchas, pues ambos sistemas restringen y perfilan mucho el acceso. Siempre son muchos más los que se quedan a las puertas que los que acceden. Existen hipótesis sobre esto, como que los estudiantes que entran por nota son más competitivos e individualistas y que hay mejor ambiente en las facultades con prueba de acceso. La verdad es que sería interesante estudiarlo. Creo que depende mucho de otros factores como la dinámica de grupo que se genera desde un primer momento. Así, hay promociones en los mismos centros que presentan un mejor ambiente de compañerismo que otras. Y con el mismo sistema de acceso.

Quizás lo más incoherente, desde el punto de vista del diseño de la carrera, es que la diversidad de sistemas de acceso no se corresponde con una diversidad de diseños de planes de estudio. Así, en las universidades con pruebas de lengua y en las que no, el contenido troncal de lengua extranjera es el mismo, aunque parecería lógico que en las que no tienen examen, los estudiantes tiendan a presentar muy diversos niveles activos y pasivos de la lengua, por lo que quizás sería necesaria una reconsideración de la adecuación de la intensidad de la enseñanza de lengua a los estudiantes. Parecería lógico entonces que se hicera un mayor énfasis en la promoción del aprendizaje de lenguas, para poder homogenizar esos niveles dispares. Aunque algunas facultades en sus planes de estudios locales hacen un esfuerzo por reforzar el aprendizaje de las lenguas, lo cual es muy positivo, el sentimiento general entre alumnos y profesores parece reflejar el descontento ante un nivel de lengua que se da por consolidado tras el acceso y que no siempre lo está.

¿Qué opináis sobre la forma en la que vosotros accedísteis a la carrera? ¿Y del nivel de lengua?

Buen verano

ECE

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jueves, 12 de julio de 2007

Mi vida sin mí: expectativas y resultados.

Terminó el curso. Hace ya bastante, la verdad, pero es de lo único de lo que se me ocurre hablar ahora que estoy de vacaciones. A todos nos ha pasado igual, por lo visto. Los últimos artículos de mis compañeros han tratado casi todos de cómo decirle adiós a las clases y cómo afrontar el verano. Yo voy a hacer lo mismo, haré también una especie de balance personalizado.
Cómo quizás ya sepáis, éste ha sido mi primer año de carrera, y también mi primer año en la universidad (bendita universidad) así que ya puedo hablar con derecho de lo que es realmente la carrera y la vida universitaria y compararlo con las expectativas que algún día tuve. Por supuesto todo lo que voy a decir es propio y particular, cada alumno que entra por primera vez en la universidad se imagina cosas diferentes. Los hay que se creen que la facultad va a ser en plan película americana: clases enormes en pendiente, profesores guays con coderas y fiestas orgiásticas; no era mi caso. La verdad, yo no me imaginaba el año pasado nada muy distinto a lo que he tenido. Me informé muy bien de la carrera, en parte en forotraduccion (PUBLICIDAD SUBLIMINAL), y sabía que no iba a consistir sólo en aprender lenguas (no es una Escuela de Idiomas) y que no era una licenciatura especialmente matadora. Sobre todo, lo que más esperaba de la Universidad, era encontrar a gente con la que me llevara bien. Tuve un grupo genial en Bachillerato y no quería que ese colegueo acabase. El cachondeo es lo mejor para mantener unida a una clase o un grupo. El cachondeo silencioso mejor (para que el profe no nos oiga). Esperaba también, por supuesto, que los profesores no fueran unos ogros ni las asignaturas imposibles de aprobar (aunque, como ya he dicho, ya había oído que no se trataba de una carrera agotadora); y tenía miedo del papeleo, de que se equivocaran en algo de la matrícula o de que por alguna razón no me convalidaran asignaturas de libre configuración.
Ahora que he hablado de mis antiguas expectativas, es la hora de compararlas con los resultados. Sí, realmente te enseñan poco de los idiomas, al menos en mi caso y sobre todo en la lengua B. Aunque claro, ¿qué van a enseñarnos? Sólo pueden hacernos leer textos para mejorar nuestra comprensión, que es lo que más importa en la Traducción. La verdad, creo que mi inglés ni ha mejorado, aunque esas cosas no se aprecian así como así. Cierto que me noto con más fluidez al hablar, pero quizás sea más bien gracias a Lost y House y Jericho y CSI y todo las series que me trago a lo largo de la semana. En cuanto a la Traducción propiamente dicha (es decir, asignaturas como Teoría y Práctica de la Traducción y Traducción General), dios, qué difícil es. Qué mal lo he pasado con algún trabajo, madre mía. Aún así todavía no me rindo, me sigue gustando la profesión. Las asignaturas de Lengua me han encantado. Yo me creía muy lista en esta materia, creía que ya no había nada que pudieran enseñarme, pero no, señores, hay vida en Lengua después del instituto: la X con barra existe. Con respecto a las otras asignaturas (¿había otras asignaturas?), prefiero no decir nada. En fin, como conclusión apuntaré que me ha resultado bastante fácil este año. Yo, en Bachillerato, estudiaba mucho más. Ahora soy una vaga, qué peligro, cómo el curso que viene se me presente difícil creo que no voy a saber retomar mi extinguida capacidad de estudio. Increíble que haya aprobado todo.
Por último, sólo cuatro puntos a destacar. Un buen aviso para los que entren en la Universidad el año que viene:
No me vuelvo a coger una asignatura difícil de libre configuración.
Vale, hago poco y apruebo, pero mi media es horrible.
¿Un 6,9 es un aprobado? Odio la universidad.
En la universidad, si te sientas en los peldaños de la amplia escalera de la entrada, los celadores NO TE DICEN NADA. Eso es la libertad, señores y señoras.

Dentro de unos pocos meses ya estaré en segundo. Supongo, por las asignaturas que tengo, que será muy parecido a primero. Estoy esperando a ver qué pasa en tercero, que parece más interesante.
Tened un buen verano. Yo no sé si me estoy haciendo vieja o rara, pero la idea de pasar tres meses sin hacer nada me pone enferma, por eso ahora tengo un trabajo y voy a clases.

Un saludo.

Irene Igualada Baeza

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lunes, 9 de julio de 2007

El fin de un ciclo

Bueno, se acabó… 5 años de mi vida y la carrera se han terminado. Todo un ciclo lleno de altibajos (siempre te acuerdas de los bajos porque te marcan de una manera especial) que me alegro de acabar, pero al que extrañaré más de lo que puedo imaginar (¡ya lo estoy extrañando!)

Nunca olvidaré la sensación que me invadió cuando entré por primera vez en mi facultad. Venía de un pueblo, a pesar de haber nacido y vivido 14 años en una ciudad bastante grande. Me sentí perdida y muy pequeña. Llena de emoción porque estaba convencida de que la universidad sería algo genial, como en las pelis, todos nos llevaríamos bien e iríamos de fiesta juntos… Sin embargo no contaba con echar tanto de menos a mi familia, a mi novio, a mis amigos. Es que estar a 200 km ¡me parecía un mundo! ¿Cómo harán los que están más lejos de casa? Acabé concluyendo que soy una cobarde y que no tenía fuerza de voluntad. Comencé con venirme para casa el jueves antes del viernes, después los domingos lloraba al llegar a la habitación de mi hostal y semana tras semana acabé por tener lo que lo médicos llamaron “crisis de ansiedad”… Don’t worry! Con unas pastillitas y con mudarme a un piso con dos compañeras todo se solucionó… hasta el tercer curso, sin duda el peor. No sé qué me pasó en tercero, pero fue horrible, incluso pensé en dejarlo, pero yo soy tozuda en los estudios, si comienzo algo, lo tengo que acabar. Otras pastillitas más fuertes y a seguir adelante, eso sí, solamente a partir de mayo. Ya os podéis imaginar. Antes, no podía dormir, y ya no me pasaba sólo en Vigo, sino también en mi casa, ahí fue cunado dije “se acabó, seguiré aunque tenga que dejar la salud en ello”. Yo soy así.

Pero basta de malos rollos. Nunca podré olvidar 2º, ni 4º y menos aún 5º. Gracias a mis compañeros de clase y a mi incondicional compañera de piso (desde aquí un enorme saludo a mi Pili, porque aunque no se lo haya dicho nunca, sin ella no habría seguido con la carrera y la voy a extrañar un montón!!!) fueron unos años formidables. De juergas, de diversión… ¡Qué bien lo pasábamos en clase! ¡Qué bueno! ¡Jajajaja! Esos profes, esos compañeros “raritos”… buf, qué años. Y aquí estoy ahora.

Quería disculparme por publicar el artículo con un día de retraso, pero no estoy de bamba por ahí… bueno, la verdad es que este fin de semana sí… son las fiestas de mi pueblo. Lo que quería decir es que ahora estoy intentando buscar trabajo y al ver que no consigo nada en traducción de momento, intento buscar en otras cosas… Sólo diré que este país es un mierda (perdonadme esa palabra). No hay trabajos en los que pidan menos de un año de experiencia… Y en traducción, ¡3 años! Una locura. Total, me apunté como voluntaria en una ONG y a ver si traduzco algo que me dé la experiencia que piden (es que eso de estar cinco años traduciendo textos para trabajos y exámenes se lo pasan por el forro).

No quiero desanimaros, porque esta carrera, por lo menos en Vigo, es una pasada. Me encantó y quiero ser traductora e intérprete (si me lo permiten). Disfrutad de los años universitarios y nunca os arrepintáis de haber elegido esta carrera porque entonces va a ser peor y los vais a pasar muy mal.

No hay como la vida de estudiante (como dice mi madre). Ánimos, jóvenes padauers! Que la fuerza os acompañe. Que yo ya me he pasado al bando de los Jedi, en el que hay que pelear.

Vanessa.

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miércoles, 4 de julio de 2007

¿Y si no tomé la decisión correcta?

Después de todo un año estudiando traducción por la universidad de córdoba, y de haber evitado visitar Granada nada más que por el coraje de no haber tenido nota para estudiar allí, me decidí a visitar la ciudad, y ya de paso a informarme sobre como les va a la gente que ha empezado a estudiar este año lo mismo que yo. Todo el mundo parece muy contento de estar estudiando en Granada, todos te sugieren que vayas allí el año siguiente, y sobre todo, siempre hay alguien que encontró la solución al problema que tuviste tú y antes que tú.

Estando de fiesta una de las noches, coincidí con un muchacho de Córdoba que estaba estudiando T&I en Granada, y que al igual que yo no tuvo nota para entrar en inglés. Yo opté por otra universidad, y el optó por otro idioma. Durante este año ni siquiera se me había planteado la opción que el tomó, pero ahora, una vez casi terminado primero, me doy cuenta de que en el fondo, en una universidad con las posibilidades de la de Granada, su opción pudo ser la mejor. Este chico me contó que a él tampoco se le habría ocurrido meterse por francés, ya que la idea de un idioma que dominamos menos que el inglés asusta bastante, pero que visitó la ciudad antes de echar la matrícula el año pasado y alguien que ya había terminado la carrera con el mismo problema se lo sugirió. En conclusión, nunca habrás pedido suficientes consejos cuando eches la matrícula, y nunca sabrás a cual debes hacer caso, pero siempre encuentras uno que puede ayudarte a solucionar el “problemón”.

Ya metida en supuestos, y obsesionada con que mi elección había sido un error, me presenté en la facultad a preguntar por los trámites para hacer un traslado de matrícula, y más o menos me vinieron a decir que me dejara de ilusiones, que para hacer un traslado necesitaba una excusa buenísima, o una razón de vida o muerte... naturalmente no me quisieron dar ningún ejemplo... ¡pero yo hice el intento! Al final lo único que me dijeron fue que el mejor modo de estudiar allí habiendo empezado la carrera en otra universidad era echando la preinscripción en primero y buscando convalidar todas las asignaturas posibles. ¡Otra vez primero no por favor!

Bueno, al final, dejando mis vanos intentos a un lado, y tranquilizándome ya de vuelta en Córdoba, he llegado a la conclusión de que en el fondo estoy bastante contenta con la decisión que tomé, he aprendido bastante durante este año, he podido disfrutar de un buen ambiente, y a pesar de tener alguna cosilla pendiente para septiembre, puedo decir que no me ha ido del todo mal. Puede que me siga asaltando los típicos ¿qué habría pasado si me hubiese ido a Granada? ¿me habría ido bien en francés? ¿me habría cortado las venas a estas alturas en cualquiera de las anteriores opciones? Nadie sabe la respuesta ni hasta cuando me rondarán las dudas, pero a pesar de las paranoias típicas, creo que hay que intentar aprovechar las oportunidades de la elección que se toma, y sacar el máximo partido a la carrera. Quiero seguir con lo que tengo, quiero pasarme el verano de mi vida, y por supuesto, debo solucionar mi asuntillo pendiente con la lingüística, ¡qué no me vencerá otra vez! (o eso espero)

¡Hasta después de vacaciones!

Yaiza Rojas

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