miércoles, 6 de junio de 2007

El acto de graduación (II)

Bueno, aquí estoy, vivita y coleando después del acto de graduación de la X Promoción de Traducción e Interpretación de la Universidad de Vigo. Y vaya a acto, pareció sonrisas y lágrimas.


Cuando llegas con tus padres junto a tus amigos se produce una situación violenta. Cada uno en su sitio… “Hola…” “…Hola…” Miradas furtivas y sonrojado. Hasta que llegue un colega menos tímido que te presenta a sus padres y comienza todo el proceso de la presentación. Los padres empiezan a hablar entre ellos y la situación se relaja un poco. Pero la sonrisa pícara que tienes al ver a tus colegas disfrazados y maquillados no se te borra hasta entrar en el salón de actos, ¡jejejeje!


Comienza el acto. Hay que sentarse por orden alfabético… ¡qué putada! Lejos de los colegas… ¡Me cagüen…! No pasa nada, haces el esfuerzo, total sólo serán unas dos horas y siempre hay alguien conocido en las cercanías. Comienza el decano a hablar. Unos cuantos chistecitos de vez en cuando que todos reímos y pasa a hablar el padrino que “todos” elegimos en su momento. Ese ya mete más chistes en su discurso, porque (y no quiero meterme con nadie, que al fin y al cabo mola más con los chistes) hay que caer bien a los papis y agradar a los alumnos. Al acabar hablan los representantes de los alumnos. Ahí saltan las lágrimas al recordar los buenos y los malos momentos que pasamos todos… Sniff! Yo lloré, y volvería a hacerlo. Finalmente, la gran idea de poner una presentación con fotos de todos nosotros en la uni… Otra vez a llorar… Qué bonito era. Y por fin llega el momento de la entrega de los diplomas provisionales y de las bandas. El instante más deseado por todo estudiante desde el momento en el que pone los pies en la facultad… Inolvidable… Y no nos olvidemos de la sesión fotos todos juntos con los diplomas y las bandas… y todos guapos.


La cena es, sinceramente lo mejor. Para qué negarlo, siempre nos sentamos por grupitos, es normal, no nos vamos a sentar con la gente que nos cae mal. Se echan unas risas tremendas, claro como estás algo achispad@ y te puedes meter con los profes ahora que has acabado la carrera, aprovechas. Y si encima te ponen crema de orujo, aguardiente, aguardiente de hierbas y licor café… ¡Los que conocen estos brebajes saben de lo que estoy hablando! Añadamos a eso la copa gratis en el pub de turno… es una noche movida. Pero lo que nunca pensé que pasaría fue que nos encontráramos con tres jugadores del Real Madrid de juerga por Vigo… Eso ya fue la repanocha, aunque no los saludamos, entre otros motivos porque ninguno de nosotros es del Madrid, más bien todo lo contrario.


Fue un día maravilloso a pesar de ser también algo triste, pues es cuando realmente te das cuenta de que se ha acabado, de que la vida que llevabas, los amigos y las juergas que pasabas en la facultad con ellos se fueron. Que aunque lo hayas pasado mal y que esos cinco o cuatro años hayan parecido eternos, en realidad han pasado volando. Dejas atrás a tus compañer@s de piso o de residencia, es cierto que conoces a un montón de gente de todas partes y que podrás ir a visitarlos (lo que supone unas vacaciones económicas), pero no será lo mismo. Personalmente, ahora tengo la sensación de que me falta algo, de que he pasado la mejor parte de mi vida en Vigo (y lo dice una chica que ha tenido que medicarse por el estrés). Disfrutad de la experiencia, es única y es lo mejor que le puede pasar a una persona. Una amiga me dijo la noche de la graduación que “los mejores amigos se hacen en la Universidad”. Es totalmente cierto. Voy a extrañar hacer parte de la X Promoción de Traducción e Interpretación de la Universidad de Vigo.


Sniff…

Vanessa

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