viernes, 13 de abril de 2007

Lingüística Aplicada a Traducción

Ya se ha terminado la Semana Santa. Se ha acabado nuestra semana de respiro y volvemos a estar bajo el yugo explotador e inmisericorde de Olli, que nos pide que entreguemos nuestros artículos aunque se nos haya roto el ordenador (como es mi caso) La semana no pinta bien, esto de haberme quedado sin disco duro tiene que ser una señal de alguien que domina el arte de la sutileza.

Tras estos siete días de pestiños, gachas, pasos (tronos) y demás ejemplificaciones de arte barroco (la cultura andaluza está bien, pero el pan de oro termina saturando a cualquiera), hemos vuelto a la rutina del estudiante sin ningún tipo de piedad, aunque también es cierto que los profesores se han “preocupado” de mantenernos ocupados durante las vacaciones para que no perdamos las buenas costumbres.

El mayor choque contra la realidad post-vacacional fue volver el martes a clase de Lingüística Aplicada a la Traducción. Sigue avanzándose en el temario de manera imperturbable (y preocupantemente rápida, porque se me acumula un importante montón de apuntes que no tengo tiempo para comenzar a estudiar), y en el cajón desastre que tengo por cabeza se me amontona una retahíla enorme de conceptos cuyo significado es algo difuso, pero estoy en proceso de ponerle solución a estos “problemillas” A veces pienso que debería organizarme mejor…

La asignatura de Lingüística Aplicada a la Traducción es cuatrimestral, estableciéndose como una de las materias básicas del primer ciclo de la licenciatura debido a su carácter troncal y, aplicando una lógica simple, si hay que cursar Lingüística Aplicada en todas las facultades de T&I del Estado, se nos muestra la consideración que tiene dentro del plan de estudios elaborado para los estudiantes de nuestra carrera.

Al margen del dato de que la asignatura está presente en todas las facultades españolas, analizando su contenido y enfoque a la hora de aplicar la teoría a la práctica de la traducción, se puede observar que la Lingüística hace que el estudiante se plantee una serie de cuestiones que sin esta formación puede que no se le hubieran pasado por la cabeza a la hora de traducir.

Esta materia pretende analizar las distintas concepciones que hay del propio sistema lingüístico, de la organización de éste y de la influencia que dichas teorías pueden tener en la traductología y la práctica de la labor traductora. El hecho de que la asignatura se “apellide” aplicada a la Traducción es fácil de explicar, ya que se parte de la base de que un traductor o intérprete no utilizará el mismo método si entiende el lenguaje de una manera u otra. Es decir, cada traductor traducirá en función de la concepción propia que tenga del sistema lingüístico, de cómo entienda su organización y de cómo se enfrente a cada uno de sus componentes.

Pero no sólo se estudia la abstracción que pueda suponer la lengua, sino que también se analizan los procesos comunicativos, sus tipos, características y consecuencias para emisor y receptor, pues ¿qué es la traducción sino un tipo más complejo de comunicación que juega con, al menos, dos idiomas diferentes?

También tienen lugar en el programa de esta asignatura aspectos más concretos como el estudio de la función de la gramática y las estructuras textuales más o menos complejas, para hacer un análisis de estos elementos que pueda enfocarse más tarde a la práctica de la traducción, porque cuando nos enfrentamos a un texto es evidente que nadie coge un diccionario y se pone a traducir directamente, sino que el texto original debe ser objeto de un análisis y reflexión importantes antes de comenzar el trasvase lingüístico, a fin de conocer sus peculiaridades y las dificultades que pueda entrañar en el paso a la lengua meta.

Como se habrá podido deducir, el temario de Lingüística Aplicada a la Traducción, por las mismas características de la asignatura, es denso y complejo, con una cantidad importante de terminología concreta que ha de dominarse sin problemas para poder comprender las diversas teorías que se exponen, especialización ésta que hace que la asignatura sea, si cabe, más complicada. Además, al basarse el temario en el desarrollo de diferentes teorías sobre cada uno de los aspectos concretos que se tratan, las pequeñas diferencias entre unas y otras pueden dar lugar a confusiones. No obstante, no es una asignatura a la que dedicando el tiempo necesario sea imposible.

Un saludo.

Ildefonso Laguna.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Habéis pronunciado las palabras malditas, ¿Cómo osáis hablar de La Asignatura De La Que Nunca Hablamos? :-D

Debo confesar que me costó sacarme esta asignatura y que no disfrute cursándola. Debo añadir también que consideraba que era un "palo", que no me interesaba en absoluto y que hubiera preferido que no existiera.

Años después de acabar la carrera sigo sufriendo sudores fríos al recordar a los peculiares profesores que experimentaban con nostros.

Arimaz dijo...

¡Bien!, me alegro de no ser la única entonces que cree que esa maldita asignatura es lo más aburrido que se me ha planteado nunca. Puede ser que el hecho de estar en 1º haga que piense que esta asignatura no me aporta ningún fin. Si dentro de 4-5 años encuentro el por qué de tener que estudiar lingüística vendré y lo contaré. Hoy por hoy ya la tengo para septiembre... con eso digo todo. Claro que mal de muchos, consuelo de tontos. En mi curso hay como un 80% de suspensos con lo cuál no soy la única que volverá a segunda convocatoria con mi "amado" profesor (no diré su nombre porque encima el tío es "famosillo" en el bendito mundo de la traducción). El profesor influyó mucho en el rumbo de la clase, era el antidinamismo en persona y no cumplió ni el 20% del temario programado.

En fin, que creo que esta debería seguir siendo La Asignatura De La Que Nunca Hablamos xD

Un saludito.

Anónimo dijo...

Pues si llega a dar el 100% del temario...os véis toda la clase en septiembre...

Unknown dijo...

No sé cómo se cursará en el resto de España esta asignatura, pero temo que más que Lingüística Aplicada a la Traducción, se hayan asimilado los contenidos y explicaciones de la Lingüística Aplicada, a secas, pues no me siento realmente identificado con lo expresado en esta entrada. No me extrañaría nada, pues viendo cómo funcionan los criterios de selección de profesorado en las diferentes universidades, no es nada raro ver a un profesor de lengua dando una clase de traducción. De ser así, asignaturas como Gramática y Análisis del Discurso perderían todo sentido.

De hecho, al contrario de las expresiones formuladas en esta misma entrada, yo disfruté con esa asignatura en primer ciclo.