domingo, 25 de febrero de 2007

El papel de la interculturalidad en T&I

Cuando hablamos de traducción e interpretación, solemos considerar que esto tan sólo consiste en el “traslado” de un texto o discurso de una lengua origen, de la que partimos, a una lengua meta. No se reflexiona sobre el problema que supone el salto cultural entre una y otra, que un traductor debe resolver. Se hace necesario por tanto el conocimiento de ambas culturas en profundidad para poder equiparar expresiones o referencias específicas, sin dañar el sentido original. Cualquier traductor debería estar capacitado para esta labor de mediador entre dos culturas, siendo considerada la instrucción en este respecto como una parte importante de su formación como tal.

La mediación cultural es un fenómeno bastante reciente en España, y no se encuentra ni definida ni regularizada profesionalmente, ya que no existe un título oficial de mediador intercultural, ni un sistema de formación y acreditación. La mediación suele relacionarse con el ámbito del trabajo social, o de las ONGs, pero desde un punto de vista práctico debería estar incluida en su totalidad en los estudios de Traducción e Interpretación, ya que no se puede traducir sin mediar entre culturas y viceversa. Mediar no implica sólo traducir las palabras o sentidos, sino que va más allá, abarcando los aspectos culturales clave, de la comunicación no verbal. Haciéndose necesario tener presentes una serie de hachos sobre la sociedad y la cultura a la que pertenecen el texto o el interlocutor. Es decir, que quien media necesita poseer una formación (continua) en cuanto a aspectos culturales de los grupos con los que trabaja, documentándose de forma contrastada y especializada, y habiendo sido instruido previamente durante el desarrollo de su formación académica.

Ante todo, el traductor-mediador interviene, crea un “lenguaje común” entre las partes, adoptando un papel para el cual la formación profesional adquiere un valor fundamental. Y precisamente en el ámbito de la formación intercultural de los traductores españoles existen grandes carencias, que varían según cada centro de formación.

A lo largo de las siguientes semanas intentaré analizar con más detalle el tratamiento que se hace en las facultades españolas de traducción de la interculturalidad como materia obligada en el currículo del traductor. ¡Espero vuestras opiniones! Nos vemos pronto.

Yaiza Rojas

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yaiza, en las hemerotecas se pueden encontrar muchas anécdotas relacionadas con esta "literalidad" de las traducciones sin haber profundizado en los aspectos culturales, que han dado lugar a "meteduras de pata" históricas, sobre todo cuando se traduce o interpreta entre ámbitos culturales con raices muy diferentes. Me parece un aspecto de vuestra futura profesión en el que tenéis que insistir y profundizar, "se hace camino al andar".